viernes, 27 de marzo de 2015

Novela corta, entrega semanal, HISTORIA DE LAS MUJERES DE MI FAMILIA, La Tia Elsa, capitulo 0, parte 2

Continuando con el Prefacio de esta HISTORIA DE LAS MUJERES DE MI FAMILIA, acá va la segunda parte de " la Tia Elsa", que ya publiqué con anterioridad, y que para dar hilación a mi historia necesito volver a contar....

Pues, la sorpresa no me deja, Dijo Alcira, no solo no esperaba estas confesiones, y menos de ustedes dos. Como ven mi vida ha sido sencilla, mi marido, fue el único hombre a quien tuve cerca, solo hijas mujeres, mi mundo fue muy femenino, diría Enrique. El fue un compañero, un amigo, un confidente, pero  tenía un mundo al que yo no accedía, el abarcaba todo el mío, pero nunca me pregunté que había en su mundo, yo viví cómoda y feliz en el mío, hasta que él se fué. Me ha costado estos 7 años acostumbrarme a vivir sin él, lo extraño cada noche al acostarme y sentir mi cama fría, cada mañana al despertar y no tener su mano en la mía. Me falta un pedazo, me siento incompleta, sobrevivo, si bien hay momentos en los que llego casi a ser feliz, Enrique era yo, pero recién comprendo por que este vacío no se llena, por que yo no era Enrique, él pudo comprenderme, yo me quede en el camino, no pude crecer con el, seguirlo, el me seguía a mi y tenia su vida propia, su mundo paralelo, crecía en el, yo no, y había una brecha, pero solo por que el me quiso mucho, yo no note la zanja, él si. Y ahora más que nunca lo quiero y lo extraño insoportablemente, ahora que comprendo cuanto mas me quiso. Las lagrimas no la dejaron seguir hablando, y Alcira se hecho a llorar en el regazo de Tía Elsa, como una niña pequeña.
Todas suspiramos, el estado de sorpresa no nos dejaba,  aparecía la necesidad de hablar, de confesar ante nosotras mismas toda la verdad, y solo la verdad.
Sin perder el dominio sobre si misma, pero emocionada, hablo Valquiria, la belleza joven y despampanante de la familia, He de reconocer que nunca me esperaba esto, y que jamás volverán a oír lo que diré, he aprendido a sobrevivir a la envidia y los celos de las mujeres y a la lujuria de los hombres, y solo lo consigo siendo excesivamente yo, a fuerza de egoísmo protector y a veces destructor. Las mujeres me admiran o me odian, no tengo pares, solo con dos personas he sido yo, con Elsa, y con mi confesor, con Elsa por que ella nunca fue competencia, y mi confesor por que sus votos de castidad lo protegen de mi lujuria.
Los hombres siempre me amaron, ninguno fue indiferente a mis encantos, ninguno tuvo secretos para mi, tarde o tempranos caen rendidos, pero me cansan, es siempre el mismo juego, todos me complacen, y eso me hastía, tal vez mi problema es que los comprendo demasiado, y su debilidad ante mi fuerza femenina termina por cansarme.
No he tenido verdaderas amigas, no soporto una pizca de competencia y tampoco esa admiración de las menos dotadas.
Soy cruel, y pago un alto precio, estoy sola, me quedaré sola, pero no sé vivir de otra manera, no creo que haya otra manera, estoy atrapada dentro de mi misma.
Silencio.
Como, todas saben, mi vida no fue fácil, me casé joven, ilusionada, irresponsable, nunca me imagine que el matrimonio seria un infierno, jamás, era todo tan lindo en mi vida, la ilusión de un vestido blanco, la cara un poquito envidiosa de mis amigas,  la fiesta perfecta al detalle, un viaje de bodas a Europa, qué mas había?, qué más se podía pedir?,  un novio buen mozo y simpático. Y así me fue, de narices al suelo, la realidad me cacheteo malamente, nadie me había preparado para eso,  solo el consuelo de llorar con Elsa me permitó juntar fuerzas y crecer, tomar una decisión. Jorge, fue un monstruo, los otros que conocí, eran niños, me divertían, pero con Jorge me case y fui infeliz, no es que no lo comprendiese, es que era un vago, jugador empedernido, mujeriego, irresponsable, encantador y fascinante, y en ese doble juego, se llevo mis mejores años, la poca belleza que tuve, mi alegría, pero por suerte no mi voluntad, así pude dejarlo, y empezar una nueva vida, hoy se que fuí valiente, o inconsciente, pero creo que fue menos duro salir sola adelante con 2 chicos que vivir un infierno cada día, y salí, y aquí estoy, con 40 años, dos hijos sanos y lindos, buenos, y enamorada de vuelta, con miedo, como una adolescente,  ilusionada, y espero que esta vez sea mejor, me lo merezco.
Sí, creo que sí, dije con fuerza, tomando la mano de Lucrecia y dándole palmadas de aliento y aprobación. Saben, creo que para mi los hombres fueron un enigma, una dicotomía, siempre tuve muy buenos amigos, eran mi placer y mi solaz, pero nunca fueron mas que eso, era una comprensión intelectual, cariñosa, asexuada, así lo comprendía y lo aceptaba, si querían una noche de pasión o una chica para bailar, yo no nunca fui ni la elegida ni la indicada, pero si la confidente de las noches de jerga o de lagrimas. Ellos se quedaron, yo me fui, crecí, y fui la chica con que todos querían bailar, la que querían tocar, con quien querían estar, y me asuste de ser esa otra parte, sexuada y emocional, que me había negado, o me habían negado. Pero ya fueron otros amigos, otros lugares, y no volví a tener esos amigo confidentes, casi ángeles. Y a veces los he extrañado. Hoy, encontré un equilibrio, me enamoré de un amigo, y él de mi!!!, y estamos construyendo algo nuevo para los dos, no sé que será, solo sé que es bueno estar con él, que cuando no lo comprendo el amor llena ese hueco y lo colma.
Es gracioso, dijo Felisa, tengo 23 años, y es como si fuera un poquito de cada una, podría decir de mi que soy normal, equilibrada, nada de mas ni de menos, ni fea ni linda, agradable, salí siempre con el normal del grupo, nunca ni con el ídolo ni con el plomo, me he divertido, he conocido gente, ya casi termino mis estudios, pero se que hasta ahora ningún hombre me ha fascinado, ninguno me ha intrigado, a ninguno he amado locamente, y espero eso, no quiero un amor neutro como todo en mi vida, no puedo resignarme a que siempre estaré en el medio, no sé como lograr eso, pero un día lo descubriré y conquistaré al esplendido, y no dejaré que siga en mi vida esta luz de atardecer, será una mañana de sol. Y espero descubrirlo antes de los 99, pues tal vez sea que no comprendo a los hombres esplendidos, o ellos no me comprenden a mí.
La tía Elsa suspiró, y dijo con voz bajita, "no dejé espacio para que el amor me llegara"............ y murió.

T.C. Febrero 2001
                                   

           Estoy ahora en FACEBOOK,
 https://www.facebook.com/pages/Trudi-Caceres/1419549525021865?skip_nax_wizard=true&ref_type=bookmark
                       

No hay comentarios:

Publicar un comentario