domingo, 26 de junio de 2016

Morir en exposición o en la intimidad

Hace mucho que no escribía, y de repente algo vi que me dejo un sabor amargo. Intentando comprender me resultó imposible no escribir, en mi necesidad de desentrañar el rompecabezas de sentimientos encontrados.
Voy al punto, ayer en mi Face book, vi de reojo la foto de una monja Carmelita argentina que murió hace un día, la foto llamaba la atención por la sonrisa impactante, los ojos cerrados de negras y largas pestañas, realmente no parecía una muerta, pero saber que era una muerta me produjo algo atávico, la necesidad de mirarla, con un placer y un rechazo mezclados, hipnótico.
Lo dejé pasar, y horas más tarde, en un chat por wasap, de un grupo de amigas, alguien subió un post donde aparecía un video, también en FB, de la vida, o agonía de esta joven monja de 43 años, que murió de cáncer de lengua, y el video mostraba su convalecencia en un hospital, su quimioterapia, la compañía de otras monjas y su familia, creo que el hermano subió y compartió el video, son imágenes de sus últimos días hasta la hipnótica foto de su sonrisa de muerta.
Vi el video, y ahí al terminar de ver las imágenes, el gusto amargo que me dejo, me hizo pensar qué me había pasado, ¿se suponía que debían darme paz esas imagines? ¿Porque tenía que ver yo la enfermedad y muerte de alguien ajeno a mí, por más monja carmelita que sea y yo católica creyente? ¿Qué me pasó que me llevo a ver esas imágenes? ¿ Me atrapó el morbo?
No lo sé, no sé por qué lo hice, tal vez si por morbo, y no me gusta haber caído en él, no me gusta haber sido testigo de una muerte y su anterior enfermedad, por más que se suponga que estaba feliz de morir sufriendo por Cristo, porque no lo entiendo, porque he visto el dolor muy de cerca, la entrega ante la muerte, y esto me pareció demasiado expuesto.
Leí al respecto un artículo escrito por una psicóloga donde se planteaba hasta qué punto hay límites en lo público, lo privado y la intimidad, y este hecho me lleva a plantearme ¿dónde está el límite en mostrar algo tan íntimo y privado como el momento de morir?, ¿me sirve a mi como católica, o creyente, ver esas imágenes?, cuando algo dentro de mis entrañas  se remueve y me dice que quiero vivir, y que la vida no debe ser un martirio, que Dios no pidió nunca mártires, no leí en la Biblia que Jesús haya dicho sufran torturas en mi nombre, que vivir es ya lo bastante duro y que realmente vivir felices con y a pesar de los dolores es un verdadero desafío y prueba de “santidad”.
¿Hasta dónde es posible entender que las redes sociales nos exponen públicamente, aunque no lo deseemos y después no lo controlamos?.¿Dónde está el límite entre lo privado y lo íntimo?, ¿hemos perdido la dimensión de ello? ¿O el morbo es más atávico y poderoso y nos enreda en un melodrama de resignación y martirio cristiano y ahí ya deja de ser íntimo y privado y tiene que ser público, aunque sea puro morbo?
La verdad, no sé cuál es la respuesta, solo sé que ver esas imágenes no me dejó paz, me chocó el alma, me queda el regusto de una exposición indebida. Quiero creer que, en medio del dolor de la pérdida, y en la búsqueda de encontrar un sentido hayan expuesto así la enfermedad y la muerte de alguien, que sus intenciones fueron mostrar un ejemplo de no sé qué. 
Morir en paz es un regalo de Dios, y he visto a alguien morir en paz, sin aspavientos, íntimamente, sin exposición, he transitado el dolor de esa muerte sin vergüenza, sabiendo que es parte de la vida, que algún día me tocará, que morir joven no es lo más esperado, pero pasa, a todos nos toca vivir alguna vez en la vida una muerte joven, por eso no creo que nos dé derecho a exponer sin pudor el momento, por más buena intención que se tenga, el morbo nunca es bueno, no construye, deja inquietud, no paz.


sábado, 12 de marzo de 2016

DE USOS , ABUSOS Y OTRAS HIERBAS

No he podido escapar a la musa loca que me taladra la cabeza hace una semana, me ha llenado de ideas, hechos, cuentos, asuntos míos y ajenos, y en vez de cabeza siento que una maraca me bate ideas al ritmo de salsa.
He pasado una semana fatal, me agarré una gripe de verano, y me volteó en la cama 3 días, en los cuales me sentí la persona más miserable del universo, la fiebre me tenía a mal traer, tenía pesadillas espantosas, obsesivas de las cuales era imposible escapar y cuando estaba despierta me dolía tanto el cuerpo que me sorprendía que el dolor pudiera ser tan largo, tan ancho, tan yo.
Me leo y me digo, sos exagerada Trudi, pero en ese momento lo sentí tan intenso que agradecí a Dios que fuera solo una gripe, de solo pensar en aquellas personas que conviven con el dolor físico permanentemente se me caían las lágrimas, por ellos y por mí.
Y así pasé la fiebre y me sentí mejor, y acá estoy, tratando de complacer a la musa loca que me persigue, pidiendo por favor que la libere de tantas ideas porque si no explotamos las dos.
Un tema que me perturbo estos días, y en realidad lo ha hecho siempre pero en estos últimos tiempos se ha presentado de manera real y contundente, el tema del abuso sexual, de golpe me azotó el alma cuando oí historias terribles, y lo peor cercanas a mí, el abuso de niños por parte de algún miembro de la familia o un conocido cercano, de corazón pensé que eso solo pasaba en las películas yankees, a otros en otros mundos, me sentí mal conmigo por ser tan ingenua, y aun siento un dolor sordo y rebelde por esos niños abusados, por los secretos guardados, por los padres desentendidos.
No puedo ni imaginar el horror que ha de sentir un niño que sabe que le hacen algo malo, que no le gusta o no entiende y le cuenta a los padres y estos no le creen, lo niegan, la desprotección debe de ser devastadora, una herida sin nombre.
Comprendo la negación ante algo horrible, pero no comprendo negar lo que daña a un niño, no sé cómo se sale o se sigue con algo así.
Me di cuenta que ese tema me conectó con la parte más vulnerable de mí, de esa niña que tengo adentro, he sentido el dolor de la desprotección y me afectó mucho, y tuve que decirme a mí que no soy indefensa, que no van a abusar de mí, que puedo cuidarme…..
Y me pregunté ¿ cuándo somos cómplices de abuso?, o ¿cuando cometemos abusos, o cuando somos sometidos a ello?. Yo abuso de mi cuando estoy cansada y no me oigo y me exijo hasta agotarme y me hago daño, también abuso con la comida, he aprendido desde niña a que la comida sea mi refugio, y abuso de ella cuando me siento mal y en realidad abuso de mí.
Me acordaba de las relaciones toxicas de mi vida, de aquellas que en un momento determinado elegí cortar, tomar distancia, cuando comprendí que me sentía abusada, en mi paciencia, en mi buena voluntad o en mi dignidad, y veo con alivio que algo he aprendido en los últimos años, y es que tardo menos tiempo en darme cuenta cuando me siento abusada, y puedo cuidarme mejor y poner un límite.
No sé qué será de la vida familiar de las personas que sufren o son cómplices de abusos, si sé que me parece terrible, que ruego a Dios no vivir de más cerca una situación así, aunque si lo pienso bien, tengo cerca más situaciones de las que quiero ver y ante las cuales me he sentido impotente, situaciones de violencia física, y lo peor es que veo que es algo que todos tapan, tratan te cubrir los baches, que las víctimas sufran un poquito menos, pero no intervenimos, no se debe, no se puede…………..hasta que es demasiado tarde???





martes, 1 de marzo de 2016

De amigos y caminos, de pérdidas y encuentros; de desencuentros y otras cosas

la pérdida de un amigo

Presa de un profundo dolor,
envuelta en una maraña de tristeza
de un tiempo a esta parte
camino desolada
un sendero de piedras y espinas,
árido, duro, a pinchazos puro.

El dolor me envuelve, me inunda,
Me confunde, me quita los pies
Me tira de rodillas
Y cuando muerdo el polvo y me clavo espinas,
Comprendo, aun sigo en pie
No estoy caída, estoy dolida.

En este trecho del camino, he perdido a mi amigo, a mi compañero,
Lo perdí y no lo encuentro,
Lo he buscado, llorado y gritado
Y solo he hallado el eco sordo de mi llanto en las piedras.
Aun no entiendo el vacío que su ausencia me ha dejado,
Aun me revelo y busco
Y escarbo y me agrieto
Y así solo mas espinas.

Me siento perdida, no se como se sigue sin su compañía,
Sin la calidez de su apoyo, sin su escuchar lento y amoroso,
No se como se sigue sin su amor desinteresado,
Resplandeciente, amado.

Su presencia en mi vida era un bálsamo,
Un andar silencioso, cálido, acompasado,
Un hombro en quien reposar, una sonrisa,
Sincera, respetuosa, amante.

Extraño su capacidad y coraje
Para verse a si mismo,
Extraño crecer a su lado.
Extraño su mirada respetuosa y admirada
Las charlas largas y armoniosas.
Compartir momentos, días y vivencias,
Compartir un canto, una brisa, una risa y la lluvia.

Pero por sobre todo extraño
Los abrazos que le daba a mi alma,
Eran espacios donde comprenderme
Espacios donde acomodaba, susurrando
Mi vida en rompecabezas. Y la paciencia amorosa,
Madre de ese espacio y el abrazo calmador a mi alma dolida




He perdido a mi compañero
Mi carro se tambalea en su eje
Me ha dejado un vacío
Me ha dejado tuerta
Que hacer?
Seguir, dormir o morir?


 21 de noviembre de 2012


MI carro se acomoda, ha vuelto mi amigo, estaba ahí nomas, un poco perdido,
Nadando sus aguas tumultuosas,
Hoy somos dos carros que tiran al mismo destino
Hoy andamos juntos, recorriendo caminos…..

1 de marzo 2016










sábado, 20 de febrero de 2016

TRUDI NO SE VA



El regreso de Trudi.
De nuevo estoy de vuelta…… después de larga ausencia…..Como dice una canción de mi tierra, no me fui!! No, solo me tome unas largas y necesitadas vacaciones.
El año 2015 fue largo y dificultoso, y muy bueno, no me puedo quejar. No soy la misma Trudi que empezó este blog hace un año y medio atrás, he crecido, madurado, fortalecido. Cada lágrima derramada fue una marca en el camino, no cayó en vano, miro atrás y de cada una recojo un fruto, ellas fueron fértiles. Las hubo amargas y dulces, felices y tristes, de emoción y de rabia, de alegría y frustración, y por sobre todo no fueron vanas .
No me ocurrieron grandes cosas, fue el trajín del día a día lo que me costó, mi trabajo en este país donde la inflación te come a dentelladas, que si no estás con todos los sentidos alertas te descuidaste un segundo y ya estás trabajando gratis ,ademas debiendo al fisco. Ahí aprendí que nadie me va a cuidar mejor que yo, ni mi contador ni mis socios, que ser responsable de mi es ser responsable de todo y que no se cae el mundo si me planto firme y digo basta y hasta aquí llegue y mi trabajo vale tanto como yo creo y creo que vale mucho porque es mi esfuerzo.  todo eso me costó un PERU aprender, y cuando lo logré me sentí bien. Obvio, después del cimbrón me enfermé, habían sido tal la tensión y energías puestas en pararme de pie y reclamar con voz firme que después me caí, pero solo para retomar fuerzas, el cuerpo es sabio, dijo basta, cerro las cortinas, toco fondo, junto fuerzas y me elevó al siguiente estadío.
De eso se trata la vida, al fin y al cabo, no? Del día a día, del paso a paso, de crecer, y en este punto miro atrás y me siento feliz, satisfecha del camino recorrido, ni loca volvería a los 30, tengo 45 y no cambio mis arrugas, ni canas, ni peso extra por esta serenidad, esta madurez, este gozar de mí, de la vida. Y este sentimiento surgió palpable el otro día mirando fotos de mis 20 años, de mis 25, de cuando viví en Europa y era un palo flaco y largo, que miraba asustada la cámara de foto con rollos, no me reconocí en esa joven oscura y temerosa, valiente de enfrentar un mundo nuevo, aguerrida al extremo, de viajar y moverme sola, habiendo salido de un cascaron, ahí vivía yo, como bien decían mis amigos de la universidad,
Hoy me miro en el espejo y las canas han dado luz a mi cara, las arrugas han relajado mis mejillas, la sonrisa se me afloja y los ojos se me han vuelto enormes!!!
Sera también por qué parte de las dificultades del año pasado fueron aprender a expandirme, a abrir mi corazón, a querer mis sombras, aprender de quien me hizo daño y comprender que yo también lo cause, y me dolió aceptar y saber que sí, soy capaz de hacer daño. Y eso no me gustó aceptarlo y lo voy digiriendo, aun me cuesta, debo confesar.
Aceptar, creo que ya alguna vez escribí sobre la aceptación, aceptar la realidad, y suena tan fácil, se escribe tan fácil, y es tan pero tan difícil, sino pregúntenle a la ex presidenta de mi país, que por no asumir la realidad esta se la llevo puesta, se la comió cruda, a ella, que se llevaba el mundo puesto a puro grito y provocación, a puro redoblar la apuesta.
De Ella también aprendí, a justamente eso, ver la realidad, aunque no me gustara, a ver como la acepto, como la vivo lo mejor posible. Y saben? Lo peor fueron los días antes de las vacaciones, sentía que ya no daba más, que quería mandar todo al carajo y un día vi que faltaban 21 días para tomarlas, y me dije, o las tomas ya o vivís bien estos 21 días porque es una tortura, y no sé cómo, les juro que no lo sé, pero llegue entera al día 22 y descansé.

Bueno, acá sigo, despuntando el vicio, extrañando este fluir de las letras, esta necesidad de expresarme, el vértigo de no saber si alguien me lee, la esperanza de compartir e intercambiar, la necesidad de poder volcar en palabras las ideas que parecen desordenadas en mi cabeza y se ordenan por arte de magia cuando pulso cada tecla.
Inicio un nuevo año, un nuevo ciclo en mi trabajo, con metas nuevas bajo el brazo y la alegría de un comienzo, así que allá vamos…..
Trudi