domingo, 26 de octubre de 2014

DESPUES DE LA AUSENCIA, UNA HISTORIA.........ZARATUSTRA

He estado ausente de este, mi mundo virtual, por motivos del mundo real, cotidiano y demandante, ya escribiré al respecto,liberando la experiencia al viento, me he mudado de casa, en la mudanza, he encontrado esta historia, mía, en el baúl de los recuerdos, es una historia muy vívida aun en mi memoria, 

A la memoria de "El Martín", mi primer perro.

Cuando se murió mi primo Paco me quedo de herencia su perro Zaratustra.
Paco era hijo de mi tío Perícles.
Y digo bien, me quedó en herencia ya que fue una cuestión de simple vecindad. El primo Paco vivía al lado de mi casa y como salía poco Zaratustra empezó a seguirme, terminé dándole de comer y adoptándolo, de la puerta para afuera.
Zaratustra es un nombre demasiado largo para un perro tan corto, aun no sé de donde lo saco Paco, es un coctel genético donde todas las razas del mundo se dieron cita, ninguna cedió espacio a otra y se evidencian en forma desordenada y absurda.
La cabeza de este ejemplar único e irrepetible, gracias a Dios, es como la de los perros Pilas, de un color rosado grisáceo con algún que otro pelo largo negro, sobre todo en la frente entre las orejas le crece un ralo mechón negro, me recuerdan a los pelados que acomodan de un lado al otro del cráneo unos mechones largos con gomina.
Las orejas son una belleza, ahí toda su herencia de pastor alemán se expresó perfectamente, son grandes, de triangulo perfecto, duras y erguidas, siempre atentas.
Lo que sí, quedan desproporcionadas en una cabecita chiquita y pelada, le dan un aspecto de murciélago de grandes orejas peludas, me imagino que en el amazonas se sentiría casi de la familia de esos ratones voladores.
Me queda la duda de donde sacó las patas delanteras, parecen de Salchichas o de esos perros batata, cortitas, morrudas y de pelos cortos parejos color miel. Las uñas son largas y cuando camina por el piso de cerámicos se escuchas el tis tis característico, y tengo que cortárselas con un enorme alicate pues crecen a velocidad pasmosa.
La masa del cuerpo varia del invierno al verano, y la cantidad de pelos aumenta de la panza al lomo, y en la columna se unen tipo crin de caballo, un poco esponjoso y enrulado, que en invierno toma la forma de un casi vellón que se ha quedado corto, y el color es de un amarillo trigo maduro.
Las patas traseras, son largas y bien formadas, que si uno lo ve de atrás hasta parece un perro normal, me parece que son regalo de algún ancestro dobermann, pues son negras, parejas y finas, de músculos marcados y la parte interior de los muslos es marrón dorado.
No puedo dejar pasar por alto la cola, es su mayor orgullo, la mueve plumosa y ostensiblemente, tal vez por su gran tamaño, a veces pienso que más que cola de perro es de zorro. El efecto de esta entre las piernas negras puede ser un poco chocante pero uno se va acostumbrando hasta que casi parece linda.
Su inteligencia me sorprende a cada rato, y a veces dudo si no es casi humana, algún embrujo o hechicería, pero mi racionalidad me impide creer en supercherías.
El cómo se incorporó a mi vida hasta hacérseme indispensable, no lo sé.
Al principio aparecía cuando el primo Paco se iba, se sentaba bajo mi ventana y golpeaba con su poderosa cola la pared hasta que yo salía ,ahí su contento era tal que siempre me conmovía y recibía algún pedacito de pan o galleta y se iba contento, caminado en esa forma desacompasada y ondulante producto de la diferencia de altura de sus extremidades anteriores y posteriores.
Mi casa y la de Paco están unidas por un parque y un zanjón marca los limites, así es que cuando Paco volvía Zaratustra hacia vida doble, comía en mi casa y en la suya.
Tuve que manejarme con mucha habilidad y discreción pues mis tres perros, labradores, de fina raza y belleza cautivadora, manifestaron unos celos atroces.
Zaratustra aparecía justo cuando era la hora de la siesta, sabía que los otros tres sucumbían al calor tropical y no se le vendrían como fieras descontroladas a intentar morderlo. Y me buscaba, se sentaba sobre sus patas traseras, y casi parecía proporcionado, me miraba e inclinaba la cabeza a un lado, con expresión de tristeza, entonces le acariciaba la cabeza, que es suave y calentita, y se echaba a mis pies a dormir mientras yo seguía en lo mío.
El drama comenzaba al rato, cuando los otros sentían el olor se aproximaban despacio, cautelosos, acechantes ante el intruso, y se le paraban los pelos del lomo a los cuatro en actitud batallante. Y siempre, Pepe, el mayor de los labradores, lo empujaba con el hocico y Zaratustra resignado, se iba mirándome, dejándome acongojada con la sensación de haber hecho algo malo, o simplemente no haber hecho nada.
Poco a poco y con sutil inteligencia, Zaratustra, se incorporó a la vida de mi casa, dormía bajo mi ventana, invierno y verano, salía yo al parque y me seguía fielmente.
Como vivo en una finca ganadera, salgo constantemente a caballo, y este fiel esperpento me sigue cual sombra.
Nunca voy a olvidar el día de la gran pelea, unos perro foráneos llegaron hasta mi casa y se armó la trifulca, los cuatro de la casa salieron a defender su territorio, y por supuesto, el que salió peor parado y luchó con más empeño, fue el más menudito, como buen petiso, camorrero y peleón.
Entre sus heridas de guerra le quedaron menos pelos en la cola, una oreja caída, y se descaderó. Para evitar que se moviera lo até a un árbol. Partí a caballo, confiada de haberlo dejado a salvo, pero no di ni quince pasos cuando oí el jadeo trabajoso y renegón de Zaratustra, quien vino arrastrando las patas traseras, maltrecho y molido, pero fiel hasta lo heroico.
Algunas veces me dan ataques de ejercicio y salgo a caminar, lo hago más por los perros que en cuanto me ven de zapatillas empiezan alegrarse, se emocionan y brincan inquietos por un paseo estimulante.
Una de esas tardes, con todo mi espíritu deportivo, salimos mis perros, Zaratustra y yo, el paseo iba de lo más placentero, y entonces un muchacho que arreglaba el camino, no tuvo mejor idea que gritarme un piropo, inofensivo y gracioso, para mí. A Zaratustra lo enfureció, se fue como una flecha a morder al pobre hombre que no atinaba a reaccionar, los otros tres siguieron al líder, y tuve que intervenir a los gritos y azotes para tranquilizarlos.
El saldo de esta pelea fue un hombre en el hospital con mordeduras en las manos, nada grave por cierto, pero creo que nunca más osara decir ni un piropito a nadie con perros.
No puedo negar que a pesar del mal rato y de tener que llevar al hombre al hospital me sentí orgullosa de mi defensor peludo, maltrecho y deforme.
Ayer con sorpresa y emoción me trajo agarrado del cuero del cogote una bolita peluda y enrulada, negra con la colita marrón, es su hijito, a la madre aun no la conozco, y no sé qué será del futuro de ese pobrecito, solo sé que hoy es una delicia, duerme en mi cama y le doy leche de mamadera.
A su madre la admiro, solo vio el corazón de Zaratustra, y del futuro del Paquito no me preocupo, tiene sangre de luchador en sus venas.

domingo, 5 de octubre de 2014

ACCIDENTES O TRAGEDIAS EVITABLES?

¿Accidentes o evitable irresponsabilidad?

Se define como accidente a cualquier suceso que es provocado por una acción violenta y repentina ocasionada por un agente externo involuntario, y que da lugar a una lesión corporal.

Hace un par de días, leí en un diario nacional la noticia de un accidente automovilístico terrible en el que murieron 2 jóvenes de 16 o 17 años, por qué se estrellaron contra una pared.
La noticia me impactó,  la pérdida de vidas tan jóvenes siempre me shockea, además venía de enterrar a un tío de 100 años, y era mucho el contraste, mi tío se había ido habiendo vivido como se le cantó la gana, estos jóvenes se fueron siendo solo promesas.
Empecé a seguir en los medios y redes sociales el accidente y fui recogiendo datos, el auto se estrelló a una velocidad enorme según un testigo, pasaba de los 180 km/ por hora, eran como las 6 o 7 de la mañana, e iban en el auto más de 5  jóvenes.
Mi primera reacción fue sentir una empatía enorme por el dolor de los padres, sentí de nuevo el dolor de mis muertos y sentí que el dolor de esos padres no tenía límite.
Con el paso de los días, mi cabeza logro desprenderse de la empatía y comencé a ver otra realidad y analizarla, ¿fue un accidente? Según el diccionario un accidente es provocado por una fuerza externa o agente involuntario.
Acá había demasiados jóvenes menores de edad en un automóvil, no tenían cinturón de seguridad para todos, al menos había tres que no tenían, los autos promedio tiene 5 cinturones.
El límite de velocidad en las autopistas de 110 km y a la entrada de los centros urbanos baja a 80, luego a 60 y de ahí a 40 km/h.
Ahora, ¿me pregunto yo que hace un joven de 17 años, con un automóvil nuevo, conduciendo a 180 km /h, y con 7 jóvenes además bajo su responsabilidad?
Acá algo no me cierra, acá no hay un agente externo, acá hay una decisión personal de manejar a velocidad extrema, acá hay un joven que hace cosas típicas de un joven de 16 años que no sabe de peligro, que la muerte es tan lejana para el como Júpiter, acá no hubieron limites, acá nadie dijo un NO antes.
¿Esto es un accidente? Para mí no, esto fue una tragedia evitable, y como de todo lo evitable necesitamos aprender para no repetirlo, siento rabia y enojo, mucho enojo, porque acá las víctimas murieron, porque acá hubieron decisiones de adultos que fueron las que permitieron que los jóvenes murieran, porque se sentían impunes, invencibles, inmortales, ¿qué joven a esa edad tiene miedo a la muerte?
¿Me pregunto que lleva a los jóvenes a sentir que no tienen límites? ¿Quiénes se los ponen?, ¿por qué son buenos los límites?, ¿por qué son necesarios? ¿Qué son los límites? ¿Todo debe ser No?
No quisiera nunca estar en los zapatos de esos esos padres, seguir la vida con un dolor así, debe ser terrible. Creo que asumir responsabilidad en los hechos puede ayudar a evitar que esto vuelva a ocurrir, cada uno como padres sabemos cuándo no hemos dicho NO.
Un padre que sabe decir un NO y un Si adecuados a sus hijos, los sabe amar, el límite ayuda a un chico a crecer contenido y seguro, a saber qué está bien y que está mal, su obligación como hijo es querer traspasarlo, nuestra obligación de padres es frenarlos. El Limite no es solo el No, es también el Si que implica enseñar responsabilidad y confiar en el hijo. También el límite, para mi, es dado con el ejemplo, yo no puedo decir a mi hijo maneja con prudencia si yo voy a 200 Km/ h o hablo por celular mientras manejo…….
Los límites son necesarios desde el nacimiento, un niño que no tiene límites no tiene posibilidad de recuperarse como adulto, un niño con exceso de autoridad tiene más posibilidades de salir adelante, con ayuda, que el otro. Y esto no lo digo yo lo dicen los expertos en psicología.
Acá hubo un joven irresponsable que no solo se quitó la vida sino que se llevó con él la de otros jóvenes, ese joven pago con su vida su irresponsabilidad, pero ¿y los otros? ¿Que pasó con ellos?, su decisión fue subir a ese auto, y esa decisión les costó la vida, para ellos sí fue un accidente, ellos no manejaban, a ellos un agente extraño y repentino, ajeno a sus posibilidades apretó el acelerador y los estampo contra una pared ,matándolos.
Por donde lo miro es una tragedia, y para colmo evitable.
Que lección saco de esto?, me paro frente a mi, veo todas las veces que no pude decir NO, todas las veces en que por comodidad he dicho si, todas las veces en que me deje vencer por el consumo, por el tener que me lleva a querer mostrar, me veo en todas las veces que me cuesta vivir la austeridad que tanto predico, por todas las veces que me cuesta saber que valgo por lo que soy y no por lo que tengo, o por todo lo que le doy a mis hijos que no necesitan, por todas las veces en que quise darles cosas materiales porque me es más fácil que decir No y gastar energía y ponerme firme.
Si no aprendo de esto la próxima lección será más dura y me tocara más de cerca.
TC