Lo que me sale del alma es sincerarme conmigo misma ante lo
inexorable, el desafío de escribir una novela con capítulos de entregas
semanales me queda grande, en este
momento de mi vida, no puedo, así de simple y así de duro, para mí.
Admito que se había vuelto una tortura escribir el último capitulo, que demoraba mi
tiempo de empezar y hasta se estaba volviendo feo lo que me resultaba
placentero, me sentía constreñida por el tiempo. Lo peor era sentarme, tener la
cabeza llena de ideas y no las energías ni el tiempo para sacarlas.
Sé que no
es un corte, que es una pausa tan larga o corta como la vida decida que es.
El oficio
de escribir evidentemente es eso, un oficio, y cuando comencé este blog, sabía
que mi tiempo es limitado y quería escribir solo lo que se me venía en el
momento, y me embalé, me envalentoné y me subí en mi soberbia para estrellarme
con la dura realidad, la mía, la de una mujer que trabaja en su emprendimiento
privado, de la que dependen 8 familias para su sustento, que soy durante
algunos periodos el ppal. sustento de mi familia, y lo digo con orgullo, sin
pena. Así que escribir, que es mi pasión, no es mi sustento, es mi cable a
tierra, mi fuente de cordura, mi solaz.
Me costó aceptar
esta realidad, me creí la súper mujer que podía escribir una novela en capítulos
semanales, y no, no puedo. Creo que escribir es sagrado, es una responsabilidad
conmigo misma principalmente y con aquellos que me leen, si no se trabaja con esmero es como largar al mundo un hijo
sucio y mal educado. Y hoy no tengo el tiempo ni la energía para ese esmero.
Pensé que
escribir durante un año unas páginas semanales me llevaban al sueño de escribir
una novela, pues no, no es así. He aprendido mucho en este intento, de lo que puedo, lo
que no, lo que tengo y lo que me falta, así que en honor a este sagrado oficio
de escribir, me voy a limitar a lo que sé que puedo, por ahora, que es escribir
esto, cuentos y escritos, ideas y más ideas, y algunas historias.
Aquí voy,
con otro desafío, más a mi altura, más humilde, y también más aliviada.
Este
espacio es un templo para mi, especial, lo quiero cultivar, conservar, ver crecer
y perseverar en él, cuando esté lista para escribir una novela, saldrá de otro
espacio, en otro contexto y formato. Y será bueno que haya nacido aquí la
semilla, en este lugar en el que algunos se atreven a leerme, y por esos algunos que creo
me leen es que me sincero, a ellos les digo que siento mucho no poder seguir
con la novela, lo siento si los defraudé en sus expectativas, serán otras
historias las que iré tejiendo.
Lo mejor
de la experiencia es que lo hice, le puse garra y esfuerzo y cuando vi que
ya tenía visos de tortura, entendí por dónde venía la mano, dije basta, sigamos
por donde veníamos y no dejemos que la mala racha borre el camino recorrido.
Así que acá
estoy, volviendo a empezar, como la vida misma,
un continuo comenzar, como la primavera espero brotar y dar buenos
frutos después de la poda……
Es asi Trudi. Lo que agrada, construye y lo que desagrada...destruye. Apoyo tu decisión con la esperanza de seguirte leyendo desde tu esencia
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