El Despechado
El la amaba, sin proponérselo, casi sin verla,
solo sintiéndola. La percibía en la lejanía, su luz brillaba en la oscuridad
monótona de su vida acelerada, mecánica.
El veía una fuente de sosiego, una
fuerza indestructible, una muralla que contenía un mar y mil tormentas.
Allí el no pensaba, solo sentía, y no era
conciente que solo sentía.
En ella se abrió, estiro los brazos y se dejó
llevar por una corriente segura, cómoda, fresca, encauzada, canalizada, y se
fue en ella, confiando.
Un día ella enmudeció, su risa pura y clara se
apago, sin decir mas se esfumó.
Sin dar explicación, sin contar que pasó.
A él el silencio lo tragó, lo demolió, dejó su
corazón empantanado en la nada, vacío. No entiende, las preguntas lo
atormentan, pasa del odio al dolor sin transición.
Se siente despreciado, abandonado, apaleado,
herido, no puede respirar, no quiere caminar.
Sus vacilantes pasos lo llevan al bar, acomoda
su dolor en la silla, y pide tequila.
Los mariachis, expertos en despechados, miran
los ojos de luto, la botella a media asta y se acercan sin piedad.
Esa noche cantó, como si le fuera la vida en
ello. Todos lo boleros del mundo eran suyos, cantó cada letra sentidamente. Esa
noche, era El Despechado, y cantó él solo, con voz cascada, molida, todos los
amores dolidos del mundo, los sintió en cada parte de su cuerpo, murió con cada
nota de los guitarrones, se fue en cada suspiro. Y mató en alcohol a la ingrata
que se llevo su vida con ella,
Las cosas que provoca una tarde de solo
escuchar boleros……..
Por tu amor, que tanto quiero y tanto extraño...
ResponderEliminarSe ve que conoce de Boleros Don Angelito, a mi me encantan!!! me doy cuenta que me gustan tanto por que son una expresión muy latinoamericana, como el tango, hablan de lo mismo y del mismo modo. Debería haber una categoría bolerística para catalogar ciertos sentimiento. Son tan exagerados y contundentes.
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